Exposición pasiva al aerosol de cigarrillos electrónicos

Entre las muchas preguntas que nos hacemos sobre los cigarrillos electrónicos hay una que está tomando especial relevancia, pues concierne tanto a sus usuarios (que optan libremente por consumirlos) como a las personas a su alrededor. ¿Existe una exposición pasiva a las emisiones de los cigarrillos electrónicos? nos preguntamos. Y la respuesta, a la luz de nuestros resultados, es que sí. Los resultados preliminares fueron presentados en una sesión de la Agencia de Salud Pública de Catalunya en abril de 2014 y han sido publicados en la revista internacional Environmental Research (Environ Res. 2014;135:76-80).

Para responder a la pregunta que nos hacíamos en la Unidad de Control del Tabaquismo diseñamos un estudio observacional en condiciones reales con 54 voluntarios no fumadores que vivían en diferentes condiciones de exposición respecto al tabaco y los cigarrillos electrónicos: 25 voluntarios convivían con fumadores de tabaco tradicional, 5 voluntarios convivían con usuarios de cigarrillos electrónicos y los 24 restantes convivían con no fumadores (domicilios libres de humo o «control»).

Estos voluntarios se prestaron a colaborar en el estudio que consistió en medir diferentes parámetros de exposición al humo del tabaco o de las emisiones de los cigarrillos electrónicos: medimos la concentración de nicotina aérea en sus casas mediante filtros pasivos colocados durante 7 días y además recogimos una muestra de saliva y de orina de todos los voluntarios. La nicotina se encuentra en el humo del tabaco y también en las emisiones de cigarrillos electrónicos y al ser inhalada, se metaboliza rápidamente a cotinina, compuesto muy estable cuyos niveles se pueden medir en saliva y orina.

Como puede verse en la Figura, las concentraciones de nicotina en el aire de las casas control fue casi inapreciable (0,01 µg/m3). Como esperábamos, en las casas con fumadores de tabaco fue hasta 100 veces mayor (1,03 µg/m3 vs 0,01 µg/m3) y en las casas con usuarios de cigarrillos electrónicos la concentración mediana fue 11 veces mayor que en las casas control (0,11 µg/m3 y 0,01 µg/m3).

Además de encontrar nicotina en el aire de las casas, los resultados de las concentraciones de cotinina detectadas en los voluntarios (ver tabla) nos muestran que esa nicotina es inhalada y metabolizada por el organismo. Así, los voluntarios que vivían con usuarios de cigarrillos electrónicos o fumadores de cigarrillos de tabaco convencional tuvieron concentraciones similares entre ellos, tanto de cotinina en saliva como en orina, e importante, entre 4 y 6 veces mayores que los voluntarios «control». Estos voluntarios «control» declararon no estar expuestos tampoco en otros ambientes al humo del tabaco en sus respuestas a un cuestionario –administrado a todos los voluntarios del estudio.

En conclusión, los resultados muestran el los cigarrillos electrónicos emiten en su aerosol nicotina al medio ambiente y que los voluntarios (no fumadores) expuestos pasivamente en esos ambientes inhalan ese aire contaminado y metabolizan la nicotina.

Por todo ello parece conveniente seguir legislando sobre el uso de cigarrillos electrónicos en ambientes cerrados. La actual legislación española (ley 28/2005 modificada por las leyes 28/2010 y 3/2014) ya prohíbe el uso de cigarrillos electrónicos en centros y dependencias de las administraciones públicas, centros sanitarios (también espacios al aire libre), centros educativos y formativos (también en los espacios al aire libre, excepto en los centros educativos de adultos), medios de transporte público, y recintos de parques infantiles o zonas de juego al aire libre. Sin embargo, otros espacios, principalmente del sector de la hostelería están exentos. Los resultados apoyan extender esta legislación a cualquier lugar de trabajo, como son los bares y restaurantes, salas de teatro o cine, tiendas, o cualquier dependencia laboral.

Notas:

• El equipo de investigación está compuesto por investigadores de la Unidad de Control del Tabaco del Institut Català d’Oncologia (ICO)/Institut d’Investigació Biomèdica de Bellvitge (IDIBELL) (Montse Ballbè, Jose M. Martínez-Sánchez, Xusca Sureda, Marcela Fu, Esteve Saltó y Esteve Fernández) y del Grup de recerca en bioanàlisis i serveis analítics de l’Institut Hospital del Mar d’Investigació Mèdica (IMIM) (Rául Pérez-Ortuño y José A. Pascual).
• El artículo puede descargarse en la página web de la revista (suscripción) o solicitarse al autor responsable de la correspondencia (jmmartinez@iconcologia.net) o al responsable del estudio (efernandez@iconcologia.net).

Esteve Fernández, Unitat de Control del Tabac, ICO-IDIBELL-UB.