WCTOH2015. De sesión a sesión
La cuarta jornada de la Conferencia ha sido intensa: plenaria sobre las interferencias de la industria del tabaco, sesiones de pósters y muchas sesiones de comunicaciones… con la consiguiente dificultad para escoger «qué no perderse».
Quizás dos «symposia» merecen una nota diferenciada: uno sobre cigarrillos electrónicos, con la sala a rebosar para escuchar a los «advocates» de estos artilugios, como JF Etter y K Farsalinos, y en la que hubo un vivo debate sobre la potencialidad y peligros para el control del tabaco y la salud pública. Posiciones encontradas, no sé si irreconciliables. Pero me sigue pareciendo que el punto de partida para los «advocates» del cigarrillo electrónico sigue siendo erróneo, puesto que aventurar que cambiar del cigarrillo tradicional al electrónico es «bueno per se» no se sostiene en ninguna evidencia, ni apelando al concepto de reducción de daños. Y me da la sensación que existe cierta confusión. Se proponen los e-cigarrillos como medida de abordaje de alto riesgo, es decir individual, usando la terminología de G Rose, como si fuera una recomendación o estrategia poblacional, obviando además no sólo lo que no conocemos sino las consecuencias negativas más allá del supuesto beneficio personal.
El otro «symposium», que completó una plenaria del día anterior, versó sobre los resultados de la implementación del empaquetado genérico en Australia. Empaquetado genérico e incorporación de imágenes de advertencia más grandes. En resumen: el empaquetado genérico funciona, lo muestran así los resultados de los estudios presentados. Pulcramente diseñados y ejecutados, las encuestas transversales y un estudio de cohortes muestran que el nuevo empaquetado aumenta la motivación de los fumadores para dejar de fumar y aumenta la tasa de abandono. Como decía ayer, «hay que ponerse las pilas».
Y esto se acaba mañana … todavía más sesiones, otra plenaria, y la ceremonia de clausura, de las que daremos cuenta en el último post de la serie, quizás ya volando de regreso a Barcelona…
Esteve Fernández
