Tabaquismo, vareniclina y riesgo cardiovascular
El reciente metanálisis de Singh et al. publicado en el Canadian Medical Association Journal sobre incidencia de enfermedades cardiovasculares (ECV) de la vareniclina ha tenido unos altavoces inusuales en los medios de comunicación no profesionales. Un análisis detallado de su metodología y resultados desde luego no resulta particularmente inquietante ni alarmante para modificar en estos momentos la práctica clínica con este fármaco.
En primer lugar, el resultado principal de este estudio muestra que los eventos observados fueron en términos absolutos del 1,06% entre los pacientes que usaron el fármaco (98,94% no tuvieron eventos) y del 0,82% entre los que tomaron placebo (99,18% no tuvieron eventos). La diferencia en términos absolutos fue de 0,24% que sin negar la posible relevancia clínica parece menos alarmante que el 72% de aumento cuando se presentan los datos en términos de riesgo relativo. En segundo lugar, tal y como reconocen los autores, la tasa de seguimiento en los pacientes del grupo placebo fue mucho más baja que en el grupo control, lo que puede explicar la menor prevalencia de ECV en este grupo, o al menos en buena medida. En tercer lugar, ninguno de los estudios incluidos tenía la potencia para detectar diferencias individuales en la aparición de ECV.
La mejor conclusión de este estudio es que habrá que diseñar estudios rigurosos y con la potencia adecuada para evaluar los efectos de la vareniclina en pacientes con ECV previa. La peor conclusión es que muchos fumadores dejarán de beneficiarse de una de las terapias más efectivas para dejar de fumar por el alarmismo sembrado por este estudio.
La vareniclina es un fármaco con buen balance beneficio-riesgo pero lógicamente no carece de ellos como ocurre con cualquier fármaco activo en humanos. Quizás sería bueno recordar que los parches de nicotina y el bupropion, que son las otras terapias eficaces para ayudar a dejar de fumar, sufrieron en el pasado severas campañas de alarma mediática de procedencia poco clara que tuvieron como resultado un menor uso de las posibilidades terapéuticas de estos productos. Lo que está claro es que el mayor riesgo de suicidio en pacientes psiquiátricos y el riesgo cardiovascular ya consta en la ficha técnica del producto. Pero no cabe ninguna duda de que seguir fumando es mucho más peligroso que cualquiera de estos fármacos para ayudar a dejarlo.
Dr. Rodrigo Córdoba